martes, 25 de mayo de 2010

La quietud o el movimiento


Esta es la primera entrada que hago en este blog, que dicho sea de paso, es algo que quería hacer desde hace tiempo, pero que empiezo ahora que creo que la idea ha madurado lo suficiente y sé más o menos que quiero publicar aquí.


Normalmente pienso mucho acerca de la quietud o el movimiento, por una parte, me gusta moverme, desplazarme ir de un lado a otro, ya sea por gusto u obligación la idea de estar trasladándome me gusta, cuanto más larga tiende a ser la distancia más me entusiasmo, lo cual no quiere decir que no haya viajes largos que no se vuelvan agotadores, eso tiende a ocurrir.


Pero por otra parte suele suceder que me gusta la quietud, el estar en mis pequeños espacios contemplando en calma y en silencio las cosas que me gustan y cuando esa calma es quebrada por el deber de mis responsabilidades o por una adversidad y me veo obligado a moverme, me siento vulnerable, alterado e incluso indefenso.


Ahora, por razones con mucho peso específico, estoy empezando a planear un viaje a un sitio del que sólo tengo referencias, puede que sean muy precisas o muy vagas, si las circunstancias fueran distintas, el viaje que estoy planeando sería una cosa aterradora, incluso trataría de dilatarlo hasta el punto de forzar a cancelarlo, pero ahora no, ahora es distinto y siento que mis pasos deben conducirme al sitio que fue planeado como punto final de la travesía y el inicio de una nueva vida.