Abrir la puerta y sentir esa plenitud en el espíritu al levantar la mirada para ver como la tarde se despide en un día de invierno se vuelve una revelación, un recuerdo que dura para toda la vida, quizá para los demás sea una tarde más, un día que quedará inexistente en la memoria, pero para alguien no lo ha sido y es ahí, en saber eso, cuando se descubre que la vida tiene algún sentido.
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