jueves, 31 de marzo de 2011

Tinta que arde


Cada quien hace lo que quiere en la medida de sus posibilidades, yo por ejemplo, escribo mucho, cuando estoy solo y lo hago a mano, tengo cuadernos llenos de palabras que eventualmente reviso y casi siempre tienen el mismo final: los quemo, sólo sobreviven unas cuantas hojas que guardo por ahí, de los pocos cuadernos que sobreviven, está un diario de un viaje, el resto, están esperando llenarse para encender.

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