miércoles, 13 de octubre de 2010

El ritual de lo brutal


El sonido atronador de las guitarras, el pulso demencial del bajo y el denso golpeteo de la batería, eran los ingredientes de un delicioso pogo, si usted querid@ visitante de este blog no ha estado en uno, entenderé que le resulte complicado asimilar el gozo que produce sumergirse en ese mar de golpes y empujones que van y vienen, solamente quienes hemos entrado en ese frenético ritual Rockero, sabemos comprender que ahí no existe intención de maltratar al otro, no se usa eso de “al caído caerle” al contrario, hay que levantarlo, posiblemente luego será uno el caído necesitado de ayuda, entre con los que estuve en el más reciente pogo al que asistí mientras tocaba La Tumbaga eso fue una fiesta, una celebración de amigos en la que liberamos energía contenida y fuimos receptores de energía canalizada, al final, luego viene el recuento de los daños: me reventaron un labio, me lastime la mano, me encajaron un puño en la espalda y otro en las costillas, casi me noquean de un puño en la quijada, me dieron una patada en el tobillo y otra en el muslo. El Rock And Roll es un deporte extremo.

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